Con cierta frecuencia solicito a los gestores que me cuenten las "cosas raras" que se encuentran al gestionar su cartera. En general, suelen contarme perogrulladas o cuestiones que no pasan de anecdóticas al comprobar su frecuencia con posterioridad. Esta técnica pretende, en primer lugar, aumentar la cercanía con el gestor y hacer "que se sientan escuchados". Sin embargo, su máxima utilidad es la de conocer de primera mano las dificultades con las que se encuentran en la gestión diaria de expedientes.
Una queja recurrente por parte de los gestores siempre es la lentitud a la hora de aplicar los pagos y así quitarse de enmedio un expediente que ya está al corriente pero continua en la maldita base de datos. A lo largo de mi trayectoria me he encontrado con casos repetitivos que no se han tenido en cuenta y que se dan más frecuentemente de lo que creemos.
1. Cuando el modo de hacer efectivo el pago es a través de una transferencia a una cuenta de nuestra propiedad, es relativamente frecuente encontrarse que algunos “incumplimientos de pago” se deben a que el cliente hace el pago en su propia cuenta. Increible, pero cierto.
2. Multitud de pagos permanecen sin localizar debido a que el cliente redondea la cifra que ha de abonar.
3. La localización de pagos debe facilitarse creando una "cultura de pago retrasado", haciendo conocedor al moroso de la necesidad de señalar en el concepto del pago sus datos personales y facilitándoles como referencia el número de expediente o un dato similar.

