Dando cursos para coordinadores y supervisores de una variedad amplia de plataformas, he podido comprobar que en general uno de los aspectos donde están más verdes es en lo que respecta a la comunicación descendente.
Si sirve de consuelo, a mi también me pasó. Un buen día te encuentras de jefe de tus anteriores compañeros y no sabes bien como dirigirte a ellos; por una parte quieres destacar tu nueva situación de mando y por otro deseas seguir teniendo el mismo trato cordial que existía anteriormente. Pasan los días y la mayoría olvidamos cómo se sentía uno siendo gestor, con lo cual la comunicación acaba por deteriorarse totalmente.
Para recuperar el óptimo nivel de comunicación entre el mando y el gestor debemos recordad una serie de preceptos básicos:
1. Para ser eficientes en nuestro trabajo todos necesitamos información: trabajamos mejor cuando sabemos exactamente lo que esperan de nosotros.
2. El hecho de no comunicar, no significa que los subordinados dejen de hacerse preguntas: el gestor va a buscar respuestas en otras personas y es cuando aparecen los típicos rumores.
Hagamos memoria: ¿Qué queríamos saber cuando eramos gestores? o, desde otro punto de vista, ¿Qué información debemos dar a los gestores para que éstos estén satisfechos y realicen mejor su trabajo? Pues aquella información que les de una perspectiva de cómo es su trabajo en relación con el otras personas de la plataforma y con los objetivos marcados. En forma de datos, tablas, gráficos o como os parezca; pero el gestor debe estar informado de cómo lo está haciendo. Parece obvio pero no siempre se hace.
Dando por supuesto que las noticias negativas en forma de bronca van a caer, es absolutamente necesario que os recuerde que siempre debemos esforzarnos por comunicarle al gestor todas aquellas noticias o cuestiones que les permita sentirse integrados en la compañía, es decir, debemos hacerles partícipes de lo importantes que son para la empresa.
Si no estais convencidos de lo crucial que es mantener una comunicación contínua con los gestores (o con los coordinadores por parte del supervisor, por ejemplo), os voy a exponer algunos síntomas en forma de consecuencias de que la comunicación es deficiente:
- Hay lentitud en los procesos: El gestor no sabe exactamente el cómo, el dónde y el cuándo de lo que debe hacer.
- Existe desmotivación: El gestor no tiene sensación de pertenencia y deja de implicarse.
- Falta uniformidad en la acción: La comunicación se realiza por procedimientos aleatorios y nadie sabe cuál es el procedimiento correcto.
- Falta implicación: La sensación de que la plataforma carece de dirección eficiente, acaba inhibiendo a las gestores.
Y es que un tablón de anuncio y cinco minutos al día de briefing hace maravillas...
