Una de las tareas más comprometidas que debe afrontar el responsable de la plataforma es el de mediar en los conflictos que inevitablemente surgen dentro del equipo humano a su cargo. No se trata de aplicar únicamente el régimen disciplinario y el "ordeno y mando" para salir del paso en esta ocasión; sino de ser un verdadero mediador en la solución de conflictos personales para evitar que, como un cáncer, un pequeño conflicto acabe por minar toda la plataforma.
Conocer qué pasa y como "late" la plataforma es uno de los rasgos que definen al buen supervisor. Y ese "latir" se obtiene a través de la captación de señales indicadoras de desacuerdos no expresados abiertamente. Estaremos atentos a cómo esos desacuerdos evolucionan en quejas, que son la antesala de los conflictos entre compañeros.
El responsable como árbitro y mediador, debe ayudar a los empleados a resolver la dificultad más que decidir quién tiene la razón. Para ello, ahí van unos consejos útiles:
- Descubrir, definir y discutir el problema.
- Permitir el diálogo y entender la perspectiva de cada parte.
- Establecer las reglas básicas para la discusión del problema.
- Fomentar el interés de los participantes en resolver el desafío a través de la comunicación.
- Nivelar el poder (ej., entre un coordinador y un gestor).
- Ayudar a ambas partes a planificar la comunicación futura entre ellos y complemeter a ambos en la solución del conflicto.
- Hacer seguimiento para verificar que el compromiso se sigue.
