- Hay lentitud en los procesos: El gestor no sabe exactamente el cómo, el dónde y el cuándo de lo que debe hacer.
- Existe desmotivación: El gestor no tiene sensación de pertenencia y deja de implicarse.

Los secretos de la gestión telefónica de impagados
La morosidad del sistema financiero cierra 2009 en su mayor nivel en 14 años
La morosidad de los créditos concedidos por bancos, cajas de ahorros, cooperativas y establecimientos financieros de crédito a particulares y empresas ha cerrado el año 2009 en el 5,07%, su cota más alta desde 1996 cuando se situó en el 5,31%, según los datos hechos públicos por el Banco de España (BdE).
Cuando el responsable de una plataforma afronta ese monstruo draconiano llamado “motivación” suele centrarse en el tema monetario: salario e incentivos. Bien; todos queremos un aumento de sueldo, claro, pero su efecto motivador es corto en el tiempo si no atacamos el verdadero frente interno. No podemos motivar a alguien insatisfecho. El insatisfecho debe estar primero satisfecho para poder motivarle. Deberemos, por tanto, analizar las causas de la insatisfacción para eliminarlas y así poder motivar hacia el éxito.
Los motivos más frecuentes de la insatisfacción de los gestores, descartando los temas económicos, es el de la rutina en la realización del trabajo y la carencia de procedimientos claros o directrices que le obligan a actuar según su propio criterio. No nos referimos a la “capacidad de toma de decisiones”, algo que aparece como agente motivador en los libros del tema; más bien se trata de que el gestor está cansado de “hago lo que buenamente creo que es lo mejor porque nadie me ha dicho cómo actuar: si acierto nadie me va a felicitar y si meto la pata me va a caer una bronca”.
Algunas herramientas simples pero efectivas para disminuir la insatisfacción (y los reproches) son: